Durante los primeros días de la pandemia de Covid-19, muchos expertos pronosticaron la decadencia de las grandes ciudades globales. Metrópolis costosas como Nueva York y Londres, fuertemente golpeadas por las primeras oleadas de la pandemia, fueron particularmente señaladas, ya que aquellos que tenían la opción se retiraron a suburbios y pequeñas ciudades para trabajar de forma remota.
Sin embargo, lejos de ser eclipsadas, las ciudades globales están siendo reinventadas de nuevas y poderosas maneras. En nuestro mundo en constante evolución, sus identidades físicas y virtuales se están difuminando, y la noción de lugar se ha vuelto cada vez más paradójica.
El Cambio en la Relación entre Ciudades y Empleo
Históricamente, las ciudades proporcionaban todo lo necesario para sus residentes: empleo, oportunidades económicas, vivienda, educación y comodidades para la calidad de vida. Pero con la aparición de la tecnología digital y el trabajo remoto, los lugares en los que trabajamos y vivimos se han desgajado esencialmente. Hoy, por primera vez en la historia, una parte considerable de la fuerza laboral puede participar en la vida económica de una ciudad sin necesidad de vivir en ella.
Este cambio ha dado lugar a un fenómeno que se comienza a llamar «Meta Ciudades» —una red de ciudades que funcionan como una unidad coherente, conectadas a un centro económico importante, a menudo global. Aunque estas comunidades pueden encontrarse en diferentes husos horarios y ubicaciones no contiguas, funcionan juntas como una red coherente con una estructura y lógica distintas.
Esta nueva forma de ciudad combina la aglomeración física y virtual, permitiendo ocupar más de un espacio al mismo tiempo. Las áreas urbanas dentro de la red de una «Meta Ciudad» pueden compartir funciones económicas y culturales.
El Cambio en la Dinámica Laboral y Empresarial
Desde esta perspectiva, los mercados laborales y las reservas de talento no se dispersaron al azar en los últimos años, sino que lo hicieron siguiendo patrones claros. Los trabajadores se mudaron desde las principales ciudades, a menudo siguiendo a otros en su profesión, creando vínculos claros entre las principales ciudades y ciudades satélites más pequeñas.
Las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad de las «Meta Ciudades» si desean atraer y retener talento. Los movimientos de los empleados no son decisiones ad hoc ni se tratan únicamente de reducción de costos de bienes raíces. Navegar por este cambio requiere un enfoque más sofisticado que simplemente «trabajar desde la oficina versus trabajar desde casa».
La Difusión de las «Meta Ciudades” – Horizontalidad versus Verticalidad
Este fenómeno de las «Meta Cities» se ha vuelto aún más evidente en todo el mundo, incluida ciudades como Santiago, que pueden estar muy conectadas a otras ciudades de manera habitual. Antes, se solía mencionar a ciudades como Miami, São Paulo o Londres como centros clave de actividad económica o donde estaba la sede principal de una empresa. Sin embargo, en la actualidad, esta interconexión se ha vuelto más horizontal y abarca una variedad de ciudades en todo el mundo.
Este enfoque en las «Meta Ciudades» ya no se limita solo a las multinacionales acostumbradas a este fenómeno. Incluso empresas regulares, desde pequeñas conexiones comerciales hasta relaciones con stakeholders, están adoptando esta nueva forma de operar. La capacidad de establecer divisiones y equipos en diferentes ubicaciones, incluso en diferentes ciudades y países, se ha convertido en una estrategia clave para mejorar la eficiencia, acceder a talento diverso y satisfacer las necesidades cambiantes del mercado.
La Transformación Empresarial en las «Meta Ciudades»
Este cambio hacia una estructura más descentralizada y conectada a nivel mundial ha alterado significativamente la forma en que las empresas conciben su presencia física. Ya no se trata solo de la ubicación de la sede central, sino de una red de «Meta Ciudades» que funcionan como nodos de actividad económica y colaboración. Las empresas que comprenden y aprovechan esta nueva dinámica estarán mejor posicionadas para adaptarse a un mundo laboral y empresarial en constante cambio.
Las «Meta Ciudades» representan una revolución en la forma en que las empresas operan y conciben su presencia global. Esta nueva dinámica ofrece oportunidades para la colaboración global y la eficiencia, al tiempo que desafía las convenciones tradicionales sobre la ubicación de las empresas. Aquellas empresas que abracen este cambio estarán mejor preparadas para prosperar en un mundo empresarial en constante evolución.